Cumpliendo con lo que indica la tradición de este agasajo que el 24 de setiembre la población católica brinda a su Virgen Patrona, llegó el momento de la Procesión.
Cumplido el acto protocolar y la posterior Misa, desde el micrófono el Padre Angel fue marcando el órden en que debían desplazarse, los varios cientos que acompañaron a la imagen de Nuestra Señora de la Merced.
Un trayecto (que recordando antiguos y extensos recorridos) resultó breve y pareció casi simbólico, puesto que se hizo rodeando la plaza Belgrano.
Encabezaba todo la réplica del Cristo de la Buena Muerte (de Reducción) que llevaban efectivos policiales. Posteriormente y trasladada por Bomberos Voluntarios seguía nuestra Virgen Patrona. Atrás la caravana se fue integrando con autoridades religiosas y oficiales, cantidad de niños y niñas de Primera Comunión, más cientos y cientos de fieles, que en su cantidad, llenaron las calles circundantes y las veredas del paseo público.
Marchando de inicio hacia el lado Norte, la caminata se hizo siguiendo el común órden del tránsito, para que, rodeada la plaza, se retornara a los lugares que ya ocupaban inicialmente las imágenes portadas.
Cantos y rezos fueron llenando la tarde festiva de la ciudad, trasmitiendo el fervor católico de los fieles, en una conmovedora expresión de permanente amor creyente.
Un fervor católico, que generación tras generación, se viene repitiendo desde aquel histórico 1737.